¿Una Baja Presión en las Llantas Hace que se Gaste más Gasolina?
Bogotá, D.C., 27 de agosto de 2025 — Si quieres ahorrar dinero cuando vayas a la estación de servicio a surtir tu vehículo de gasolina, es posible que no pienses inmediatamente en la presión de las llantas, pero tal vez deberías hacerlo. ¿Puede algo tan simple como el aire de las llantas afectar realmente al ahorro de combustible? La respuesta es sí y por eso Bridgestone, líder global en la fabricación de llantas, te invita a conocer cuál es la relación entre la presión de las llantas y el consumo de gasolina.
¿La presión de inflado influye en el consumo?
Sí, la presión de las llantas y el ahorro de combustible están relacionados, lo que significa que unas llantas infladas correctamente ayudan a mantener un consumo de combustible eficiente. Cuando tus llantas no están con la presión adecuada, el motor de tu vehículo está trabajando más para moverse a la misma velocidad y distancia. Esto significa más consumo de combustible y, en última instancia, menos KPG (Kilómetros por Galón). Por lo tanto, si has notado que tu carro consume más combustible de lo normal, comprobar la presión de las llantas debería ser uno de los primeros pasos que des para buscar la causa.
¿Cómo afecta la baja presión de inflado al consumo de gasolina?
Cuando las llantas están poco infladas, generan más resistencia al rodamiento, es decir, la fuerza que se opone al movimiento al rodar por la carretera y esto afecta significativamente el ahorro de combustible en tu vehículo. Probablemente lo habrás notado si alguna vez has montado en bicicleta con las llantas medio desinfladas: pedaleas el doble de fuerte, pero sientes que no avanzas tanto como deberías. Pues esto sucede porque las llantas poco infladas se flexionan más, aumentando la energía perdida por deformación y fricción.
Otros efectos de la baja presión de las llantas
Además de reducir la eficiencia del combustible, conducir con baja presión en las llantas puede causar otra serie de dificultades, como:
- Desgaste irregular de las llantas: las llantas poco infladas se desgastan más rápido en los hombros que en el centro, provocando un desgaste prematuro. Esto puede ocasionar que debas comprar nuevas llantas antes de lo esperado.
- Distancias de frenado más largas: podrás pensar que una mayor resistencia al rodamiento se traduciría en tiempos de parada más rápidos, pero es todo lo contrario. Las llantas mal infladas no se agarran tan bien a la carretera, por lo que necesitarás mayor distancia para poder detener tu vehículo.
- Reventones: el degaste prematuro y la acumulación excesiva de calor debido a un inflado insuficiente pueden provocar un fallo repentino de la llanta. Ten en cuenta que los reventones de llantas no son lo mismo que los pinchazos, ya que aquellos son explosiones catastróficas en miniatura que pueden expulsar la banda de rodamiento a velocidades lo suficientemente altas como para dañar la carrocería del vehículo e incluso, hacerte perder el control.
- Manejo lento: la baja presión de las llantas también puede afectar a la estabilidad del carro y hacer que la dirección sea menos sensible al exceso de energía que absorbe por deformación.
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