Con un inicio nada convencional Opel celebra 163 años de audacia, irreverencia e innovación

 

Bogotá, agosto de 2025. Desde sus inicios Opel ha sido sinónimo de audacia, irreverencia e innovación. La marca alemana, que cuenta con 126 años de experiencia en el área automotriz, celebra a finales de este mes el aniversario 163 de su fundación.

Fue una decisión audaz de Adam Opel la que marcó el camino de la firma a través de la visión de futuro y la persistencia, pero en un área distinta a la de la movilidad. El joven fundador aprendió en el taller de su padre todos los secretos de la metalurgia ya que se esperaba que heredará y llevará las riendas del negocio, al ser el primogénito de la familia. Pero Adam soñaba con explorar nuevos caminos, entonces emprendió una aventura por Lieja, Bruselas y Londres hasta llegar a París —su ciudad anhelada y en aquel tiempo considerada la capital de la vanguardia europea— para aprender los procesos de manufactura de máquinas de coser.

Irreverencia al emprender

Al regresar a su ciudad de origen, Rüsselsheim, en Alemania, a finales de agosto de 1862, Adam tomó su propio camino, y aunque su padre no estaba muy convencido con su plan de dedicarse a fabricar máquinas de coser, le permitió iniciar su propia empresa en la residencia familiar.  Aunque demoró meses en hacer su primer producto, Adam logró venderle su primera máquina al sastre del lugar. Le fue tan bien con su emprendimiento que al año siguiente fundó una pequeña planta de producción en el establo de un tío; allí trabajaba con insumos que su hermano Georg le enviaba desde París. Años más tarde, con un éxito apalancado en la innovación y calidad, su empresa ya era conocida como “Opel, la confiable”.

En 1868 al construir una fábrica nueva, con edificios para oficinas y residencias, Adam ya contaba con 40 empleados. Ese también fue el año en el que se casó con Sophie Scheller, quien se encargó de la contabilidad de la empresa, y más tarde se convertiría en una figura crucial para la incursión de Opel en la industria automotriz.

Innovación para avanzar

Tras producir más de 18.000 máquinas de coser en 1886 y consolidarse como uno de los mayores fabricantes en Alemania, Opel apostó por la manufactura de bicicletas convirtiéndose en uno de los pioneros del sector en Alemania. La comercialización de los primeros ejemplares de ruedas altas comenzó en 1887, y al año siguiente se modernizó sustituyendo las ruedas por unas más bajas. Los cinco hijos de la pareja Opel, alcanzaron más de 550 victorias en carreras ciclistas y las ventas de los vehículos fabricados por la empresa aumentaron con rapidez.

El éxito se mantuvo en el tiempo, y para los años 20, al introducir tecnología de punta a la línea de producción, Opel se convirtió en el mayor fabricante de bicicletas del mundo: hacía una cada 7 segundos. Pero Adam también se atrevió a ampliar el portafolio de productos.  Por sugerencia de los agricultores vecinos, entre 1885 y 1895 la empresa hizo máquinas para corchos. Opel fue la primera empresa en Alemania en realizar este tipo de implementos dirigidos a la industria de los vinos.

Atreverse a cambiar

Sophie Opel asumió la dirección de la empresa en 1895 tras la muerte de su esposo, Adam. Los hijos mayores de los Opel, ya involucrados en el negocio de la familia, comenzaron a buscar opciones para diversificar sus productos porque el mercado de las bicicletas estaba agotado. Visitaron en 1897 la primera exposición de automóviles en Alemania (convertida hoy en el IAA), realizada en Berlín, y allí conocieron a Friedrich Lutzmann, constructor de vehículos a motor desde 1894.

La familia Opel, visionaria, apostó por el cambio en 1899. Sophie que había logrado un crecimiento significativo para la empresa, siguió el consejo de sus hijos, compró la fábrica de Lutzmann (para trasladarla de Dessau a Rüsselsheim) y lo contrató como jefe de planta. Así inició la carrera automotriz de Opel, hoy una de las empresas de vehículos más destacadas de Alemania y Europa.

Comprometida con la transformación de la movilidad desde la innovación, la tecnología y el diseño, con carácter 100% alemán, Opel se mantiene fiel a esos valores que hace 163 años inspiró a su fundador, Adam, y luego a su esposa Sophie y sus hijos, a aprender del pasado, desafiar el presente y seguir caminos nada convencionales hacia el futuro.

Opel, el mañana nos mueve.